Ésta pequeña pieza de animación pretende ser una alegoría de lo que metafóricamente pudo haberle sucedido al yacimiento de Klounioq, Esperamos que lo disfruten.

Tras algunos siglos de esplendor, el oppidum de Klounioq encarnado en el jinete con lanza, queda atrapado en un bloque de caliza del Duero; este bloque podría representar el olvido, el desinterés o simplemente la ignorancia. Lo cierto es, que está encerrado en una cárcel de tiempo.

En nuestros días, el oppidum se revela contra su aciago destino.

Rotas sus ataduras, la montura se encabrita y el jinete blande su arma.

Al verse sólo ante su pantagruélica misión, mostrarse al mundo una vez más; invoca la ayuda de los dioses ancestrales mediante un golpe en el suelo propinado con el mango de su lanza.

En respuesta, los dioses ancestrales anuncian la llegada de uno de sus emisarios, un cuervo (animal sagrado de la mitología celta) mediante un gran relampago.

El ave sobrevuela la escena hasta posarse en el suelo; hecho esto, se emboza en sus propias alas invocando la magia de convertirse en muchos y poder así completar su misión de devolver a Klounioq al mundo de los vivos.

Al sobrevolar la bandada su territorio ancestral, lo consagra de nuevo a su legitimo dueño, mediante la milagrosa aparición de unas letras de metal traídas de una forja únicamente sugerida que retoman sus posiciones originales.

Klounioq ha vuelto.

El yacimiento

El lugar que ocupa Klounioq en la historia es poco conocido, sus secretos no han sido fáciles de obtener. Sin embargo, gracias al uso de las ultimas tecnologías disponibles, Klounioq comienza a hablar de nuevo.